"Azorados por los últimos acontecimientos partidarios, que son de público conocimiento, como integrantes de la UCR, hijos de familias que enarbolaron con altruismo y abnegación los ideales que hicieron surgir esta centenaria agrupación; y a semejanza de los tiempos fundacionales vivimos una severa crisis política, económica, social y moral, frente a la cual; en la realidad flagelante de no contar con dirigentes del talante de aquellos que con prestigioso empeño convirtieron los principios en la “religión cívica de la Nación.” Hombres que con honestidad, probidad, desinterés personal en los cargos de la función pública entendieron el supremo propósito “el bien del pueblo”.
Hoy esas dignidades ciudadanas, parecen diluidas en el fango de los personalismos, de las apetencias espúreas, los contubernios y el resentimiento a la disciplina partidaria de tomar decisiones por cuenta propia, como lo consumó la actual diputada Judit Díaz Bazán.
Creíamos en la renovación de los cuadros dirigenciales – luego de décadas de gestión ignominiosa de dos familias que cooptaron todos los cargos partidarios y electivos, enriqueciéndose y conformándose con el triste papel de la minoría política, sin ser opción válida ni de oposición ni de gobierno hace más de medio siglo en esta provincia, consolidando el poder “cómplicemente” a la hegemonía de una sola fuerza política gobernante – cuando fue ungido a través del sufragio Julio Martínez, en la recuperación de la esperanza de convertirnos con la consideración del electorado en una verídica alternativa de gobierno, pero lamentablemente se impusieron nuevamente las arcaicas prácticas antes mencionadas; no faltando quienes olvidándose de las normas republicanas, de la sucesión de los mandatos, aceptan reelecciones e impiden el acceso de las nuevas generaciones como si fueran hombres de gobierno insustituibles. Llevando a la diáspora de las huestes radicales y la claudicación de los modelos paradigmáticos que establecieron magníficamente Alem, Yrigoyen, Illia, Balbín y Alfonsín.
Usted señor Presidente actor y parte, pusilánime ante la fragmentación debió hacer uso del sitial de honor que ostenta y bregar con firmeza en pos de la unidad, llegando hasta a las últimas instancias, de tal modo que los candidatos surjan del consenso y no de facciones antagónicas irreconciliables, que no encarnan al afiliado radical. Será recordado como uno de los hombres en la historia, que no estuvo a la altura de las circunstancias.
Exhortamos a los correligionarios a abstenerse a votar a los actuales candidatos, ya que no representan bajo ningún aspecto la doctrina que profesa la UCR, desnaturalizando y denostando su imagen ante el pueblo.
Sírvase por la presente, nuestro más hondo repudio a la “elite” rectora de los destinos del Partido, erigida en clase dirigente, lacerando 122 años de incesantes cruzadas patrióticas.
Luego de meditada reflexión, la conciencia en paz con uno mismo, y honrando la memoria de quienes nos precedieron desde los primeros hitos que dieran vida al pedestal lozano de la democracia; no sintiéndonos identificados con quienes representan al partido, elevamos nuestras renuncias indeclinables como afiliados.
La Rioja, 3 de Julio del 2013, día del paso a la inmortalidad del ex presidente, máximo adalid de la UCR Dr. Hipólito Yrigoyen. “Que se rompa y no se doble”.