"Caminemos juntos todos, cuidémosnos los unos a los otros, cuídense entre ustedes, no se hagan daño, cuiden la vida, cuiden la familia, cuiden la naturaleza, cuiden a los niños, cuiden a los viejos, que no haya odio, que no haya pelea, dejen de lado la envidia, dialoguen entre ustedes, que este deseo de cuidarse vaya creciendo en el corazón y acérquense a Dios".
Este extracto, pertenece a las palabras que el flamante Papa Francisco, pronunció a los fieles que permanecían en vigilia a la espera de su asunción frente a la Catedral Metropolitana el martes último, pero que, aparentemente, algunos riojanos no escucharon o hicieron caso omiso al sabio mensaje del Santo Pontífice.
Tal es el caso del intendente de Capital, Ricardo Clemente Quintela, que en un arrojo de infame verborragia, eligió a este diario cincuentenario, para despotricar con calumnias, y así, tratar de justificar que su endeble gestión de gobierno, se debe a la “maldad” de algunos medios de comunicación, especialmente escritos, porque además, el diario Nueva Rioja fue ninguneado de manera despectiva, en una muestra más de la desvalorización por el trabajo y el desempeño de cualquiera que piense distinto o realice señalamientos, para él, incorrectos.
Esta clara señal de intolerancia que para nada fue espontánea, se nutre en la dificultad que encuentra Quintela y sus “brillantes” colaboradores, de encauzar institucionalmente una gestión municipal, que hace agua por todos lados y desde hace un largo tiempo, producido por el desgaste de casi 10 años al frente del Palacio Ramírez de Velasco, con un sueño de ciudad, que se transformó en pesadilla.
El principal argumento para justificar el descalabro de la administración comunal, es el supuesto “ahogo” económico por parte del Gobierno provincial, tras la abierta pelea por la diferencias de criterio político. Sin embargo, la información oficial, indica que los envíos de fondos son regulares para los gastos de funcionamiento, considerando que los recursos para sueldos de la repartición, son liquidados directamente desde la administración central.
Las prácticas cuasi extorsivas del quintelismo, se remontan a los primeros años, cuando comenzó a gobernar Capital y Angel Maza era el hombre fuerte en la provincia. Solía repetir el ex mandatario, que “un abrazo con Quintela me cuesta varios millones”, pues desde aquella época, ya reclamaba por más fondos y cuando no se los daban, ponía en práctica las maniobras que hoy replica, como sacar a los empleados a protestar, cortar calles o arrojar basura en la plaza principal.
La relación con la provincia mejoró con la llegada de Beder Herrera al poder, pero las prematuras apetencias por llegar a la Casa de las Tejas, lo alejaron de la realidad y terminó embarcándose en una lucha sin demasiado sentido, aliándose con sectores políticos y gremiales opositores al Gobierno actual.
Estos vaivenes, no sólo afectaron el desempeño propio de la gestión de gobierno, sino que tuvo como principal víctima al vecino capitalino, que vio retaceados los servicios básicos que debe prestar toda comuna. Pero esto poco importó, y tampoco se admitieron las críticas que, justificadamente registran los medios de comunicación, y que no significan instaurar una caza de brujas de los baches y basurales que se pueden observar en un rápido recorrido por la ciudad.
Lo que se cuestiona es que, paradójicamente, mientras existen estas falencias básicas, junto a los reclamos por falta de fondos y declaraciones sistemáticas de “emergencias económicas”, se encaren ostentosos proyectos, como la creación de una empresa municipal de transporte, con todo lo que ello implica en cuanto a los costos de adquirir los colectivos necesarios para brindar un servicio eficiente.
Quizá este proyecto pase a conformar los anales de obras inconclusas y fallidas del municipio, que provocan suspicacias respecto a las verdaderas intenciones de anunciarlas, iniciarlas y nunca terminarlas. Si a esto se le suma que, mientras persisten los reclamos por los recursos y se plantea la necesidad del empleado municipal de contar con mejores salarios, los funcionarios y allegados al intendente, no padecen esas penurias, sino todo lo contrario.
Realizar estos señalamientos, no significa caer en la misma actitud agraviante que utilizó el intendente para referirse a este diario y algunos de sus directivos. La diferencia radica en que, tanto el intendente, como sus funcionarios, son personas públicas que manejan recursos del Estado y deben rendir cuentas por ello. En su ataque desmedido hacia EL INDEPENDIENTE, habló de los ingresos en concepto de pauta publicitaria oficial que se recibe y cuyos montos enunciados están alejados de toda realidad, pudiéndose cotejar con una simple consulta a los expedientes o los balances que esta cooperativa de trabajo presenta religiosamente en la Dirección de Economía Solidaria cada año, en cada asamblea.
No obstante, esta empresa no deja de ser una entidad privada en la que no debería inmiscuirse un funcionario público como Quintela y muchos menos sindicar a algunos directivos como los destinatarios de estos fondos, sin ningún reparo ni sustento, por lo que el intendente deberá probar sus dichos en la Justicia. Tendría que observar también el jefe comunal, que desde este diario, jamás se atacó a la persona de Ricardo Quintela ni su vida privada, porque no corresponde, sino que siempre cuando se realizaron señalamientos o críticas, fueron hacia la función que desempeña.
Ya no valen los arrepentimientos, porque el daño personal e institucional hacia una empresa cooperativa de la que viven 150 familias, ya está consumado.
EL AISLAMIENTO
Mucho queda para analizar, no sólo estos exabruptos, sino el accionar que desarrolla Quintela y su gente en el ámbito comunal y político, que comienza a determinar el ocaso de un líder que está rodeándose de un círculo vicioso integrado por familiares y amigos. Esto termina alejando a otro grupo más pensante dentro del movimiento, que observa los errores que comete a cada paso.
Uno de esos yerros, fue retomar antiguas maniobras con las que se intenta generar convulsión social y que consiste en sacar a los empleados municipales a la calle de manera sistemática, y organizada. La legitimidad del reclamo de aumento salarial se diluye, cuando queda en evidencia que las movilizaciones son orquestadas por los propios directores de área, que hasta llegan al límite de ordenar el cierre de la repartición para evitar que algún “díscolo” ose ir a trabajar.
Lo más llamativo fue que, tras estas movilizaciones, se reveló un aliado quintelista que fue electo concejal, y que mantuvo al mismo tiempo el liderazgo dentro del Sindicato de Obreros y Empleados Municipales (SOEM). Se trata de Carlos Del Giorno, un incondicional y funcional del intendente durante años, pero que ahora, plantó bandera y se sintió avasallado en su función gremial. Suelen decir que “no hay peor astilla que la del mismo palo”, y es justamente lo que sucedió con las explosivas declaraciones del sindicalista, que denunció la politización de la protesta municipal y a Ricardo Quintela como ideólogo de la maniobra. No escatimó críticas para ciertos funcionarios ‘Q’ por su llamativo crecimiento patrimonial, y la recepción de sobres “por debajo de la mesa”.
Este testimonio, fue una puñalada al corazón quintelista que todavía no entiende la reacción de Del Giorno, que podría quedar excluido hasta de la conducción del gremio, si la furia crece. Para explicar esta reacción del sindicalista, quizá haya que remontarse a las últimas acciones del SOEM que se movilizó por diferentes reclamos, pero que no obtuvo el “acompañamiento” de la patronal, como solía suceder. Fiel a sus contradicciones, el intendente en ese momento, amenazó con descontar el día de paro y ahora es quien promueve las marchas. Estas idas y vueltas, habrían provocado el hartazgo de Del Giorno y compañía, desconociéndose hasta ahora cuáles pueden ser las derivaciones de una pelea con final abierto.
A nivel electoral, las cosas en el quintelismo son pura incertidumbre, porque hay quienes se animan a confesar que el espacio no participaría de las elecciones legislativas de este año, por el temor cierto de caer derrotado a manos de alguno de los delfines bederistas, que crecen territorialmente día a día en Capital.
El intendente no se puede dar el lujo de exhibir una derrota, si aún quiere mantener aspiraciones para el 2015, y por ello, se guardaría en cuarteles de invierno. La única opción que todavía sería analizada, es que sea el propio Quintela quien salga a la cabeza de las listas con su candidatura testimonial. Lo que resta definir, es si habrá candidatos para el Congreso Nacional, pues sería un pedido de la Nación que participe para tratar de conquistar las dos bancas en juego. Se descarta que el escaño por la mayoría, quede para el bederismo, dejando off side al radical Julio Martínez.
Precisamente el centenario partido, afronta un gran dilema para las diputaciones de Capital, porque habría varios interesados en participar de las primarias. Judit Díaz Bazán es la que podría encarar con un partido propio, mientras que Guillermo Galván, Marta de León (que tendría a Inés Brizuela y Doria como candidata testimonial) y el actual concejal Eleázar Arabel, no esconden pretensiones de ingresar a la Legislatura provincial.
En el bederismo, todos esperan el guiño de Beder, que abre el juego para todos, luego analiza y elije el que llega en mejores condiciones para competir. Mientras tanto, no se ocultan los celos entre aquellos con ciertas aspiraciones y que se pelean por aparecer en los actos oficiales y en los medios. El gabinete, por ahora, no tendría movimientos fuertes, aunque se rumorean algunos cambios que se darían más temprano que tarde. Una de las áreas que estaría en la mira por su endeble administración y la falta de operatividad, es la Secretaría de la Juventud, donde hacen fila los sucesores que vendrían con aires de renovación desde la Coordinación Joven.
Mientras se suceden todos estos movimientos, Beder Herrera logró en la semana, un acuerdo sustancial para los departamentos, con un paquete millonario de obras, con muy buena recepción en un hombre fuerte del kirchnerismo, como Julio De Vido. Esta semana haría una incursión por sus pagos famatinenses, donde los ánimos siguen caldeados por la disputa entre la diputada Adriana Olima, el intendente Bordagaray, el cura párroco y los antimineros, que afrontan un proceso judicial que tendrá más novedades en los próximos días.
Fuente: El Independiente
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