Carlos Santander tuvo un breve paso por la conducción de la Secretaría de Seguridad. En el 2004, asumió como secretario de Seguridad y entre sus gestiones se destaca haber allanado varias whiskerías para saber qué pasaba en esos lugar.
En diálogo con Radio Independiente, el ex funcionario dijo que “nunca se tomó a la trata de personas como lo que es… una atrocidad”. En este sentido, agregó que es un delito que quizás tenga puntos de comparación con los delitos de lesa humanidad.
Sostuvo, que el caso “Marita” no se pudo callar y que Susana Trimarco, madre de la joven desaparecida, hizo méritos para que el silencio no se apoderase de la investigación o la situación.
Mientras estuvo como secretario de Seguridad, Santander dispuso varios operativos y autorizó que la prensa sea testigo de los lugares que se investigaban. Fue así, que se descubrió que en los locales había habitaciones y que el tan famoso cartel de whiskería ocultaba otra situación, o sea, eran prostíbulos. Durante el juicio por “Marita” varios testigos explicaron cómo operaban los prostíbulos “Candy”, “Candilejas” y “Desafío”.
Santander, recordó que encabezó un procedimiento en el que descubrió que los carnés que tenían las mujeres que trabajaban en las whiskerías habían sido entregados horas antes de haber concretado el operativo y que la persona que concedió “certificado de buena salud” era un personal del hospital “Enrique Vera Barros”.
El ex funcionario, explicó además que decidió investigar las whiskerías porque eran como “los quioscos” que tenía la fuerza de seguridad de la capital. “Pretendía de alguna manera tener autoridad sobre la Policía, era el secretario de Seguridad. Tener seguridad era actuar sobre los fenómenos que perjudicaban a la Policía”, manifestó.
Según el Archivo de EL INDEPENDIENTE, en diciembre de 2004 Santander participó en procedimientos que se hicieron en las whiskerías La Isla y Caricias. En esos lugares, la Policía detuvo a más de diez mujeres mayores, cinco de ellas estaban indocumentadas. Los dos locales fueron clausurados por la Municipalidad de Capital.
En aquel mes y año, Santander le dijo a este medio que la clausura de estos locales será definitiva: "Se trata de erradicar una lacra que esta penada por la ley. Esto es un delito que no puede ser permitido y genera males sociales que apesta a la población, provocando sífilis que en estos momentos La Rioja es epidémica", decía Santander.
Consideró, que las mujeres que trabajaban en esos locales eran explotadas "peor que si fueran animales. Se las trae de otras ciudades o naciones y viven en condiciones precarias, trabajan a destajo y se les paga miseria, sin estar aseguradas pese al riesgo enorme que padecen de contraer enfermedades. No me explico cómo la sociedad ha ido tolerando esto e incluso ha demostrado simpatía por esto".
A ocho años de aquel procedimiento y en opinión de Santander, las whiskerías siguen funcionando en la capital. Están más controladas pero siguen vigente… los funcionarios pasan, las whiskerías quedan.
Fuente: El Independiente
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