Un corte en la semana- escribe Julio Aiub Morales
Como sucede en los últimos tiempos, cuando se acerca el fin de año, entra el apresuramiento general por cerrar temas que estuvieron en carpeta o que si se hubieran tomado y decidido con mayor antelación, seguramente las respectivas respuestas tendrían la posibilidad de ser más acertadas y por lo tanto más posibles de mantenerlas en el tiempo. Pero así son las decisiones que se toman en estos “tiempos líquidos” de la posmodernidad, al decir de Zygmunt Bauman.
Sin duda que la decisión del tribunal tucumano sobre el secuestro y desaparición de Marita Verón fue un verdadero mazazo sobre las columnas de la credibilidad de la gente en la Justicia, como tal. Credibilidad que hace mucho rato viene cuesta abajo que ahora más que nunca, parece imparable. Pero consecuentemente ese descreimiento casi seguramente se traslada a la clase política, sobre todo a la que tiene la responsabilidad de conducir o gobernar, porque la gente sabe que los jueces no están distantes del poder económico o político, sino que mantienen estrechos lazos con ellos. Lamentablemente eso se denota también en la exhibición de bienes o de modus vivendi ostentoso, que no se corresponde con la figura republicana, es decir, austera que debe el eje de la vida del magistrado. Simplemente por aquello de que no sólo hay que ser monje sino también parecerlo.
Ayer la flamante conducción del Consejo de Abogados advirtió su oposición a una casi segura modificación del Código Procesal que llevaría a transformar las actuales Cámaras en tribunales unipersonales, suponemos que con el objetivo de acelerar los tiempos judiciales, puesto que se dice que hay una gran acumulación de causas listas para ser juzgadas y que por la ley del embudo, tienen fecha de aquí a dos año o más. Mientras tanto, los presuntos autores están presos, en un limbo judicial. ¿Y si es inocente? Por más juicio que se le haga al Estado (que lo pagamos entre todos) nadie le devolverá el tiempo tras rejas y el hecho de quedar marcado, casi para siempre.
Pero el tiempo político es distinto. Por lo pronto, se logró arreglar prácticamente todo dentro de la interna justicialista, tras la fumata de la pipa de la paz en Ortiz de Ocampo, donde la viceintendenta se había puesto firme en no ceder nada. También en Villa Unión hubo acuerdo. Allí hay dos hombres que gravitan en la Legislatura como son “Lito” Páez y “Oso” Chamía, entrando también a terciar el intendente Páez. Donde no hay arreglo, pero sí una pax precaria es en Arauco, ya que Nicolás Martínez y su gente retendrán el PJ local en tanto Minuzzi irá al PJ provincial.
Por todo esto es que finalmente habrá sólo un acto de proclamación de autoridades electas por lista única, obviamente encabezadas por Beder Herrera, y que ello se haría en una cena, al mismo tiempo como despedida del año, en un conocido salón de fiestas de la ruta 38.
Donde hay más desazón que alegrías es entre los empresarios del parque industrial, porque fue el secretario De Gaetano quien les comunicó que efectivamente el gobierno nacional no quiere que continúe más la promoción industrial. En la reunión del jueves pasado, tanto empresarios (en realidad, gerentes locales que transmiten la voluntad de la patronal) como gremialistas habían comenzado la reunión con gran énfasis en la idea de una movilización conjunta de las cuatro provincias afectadas. Sólo faltaba coordinarla y regular el nivel de estruendo.
Pero luego llegó De Gaetano, (Felipe Alvarez no fue a pesar de ser anunciado) y a pesar de que no se sabía quién lo había invitado (luego se supo que había sido el camionero Reinoso), expuso crudamente que una movilización no los iba a ayudar, ni a los empresarios ni a Beder en sus negociaciones con la Nación, con Guillermo Moreno más precisamente. Y que la Nación podía utilizar la AFIP de Echegaray para mandar a la quiebra a las empresas que están en juicio por la readecuación de bonos. Nadie dudó de esa posibilidad, sobre todo viniendo de Echegaray, un funcionario sospechado de corrupción con los fracasados feedlots, y que acaba de impulsar sendos juicios millonarios contra dos periodistas que lo investigaron.
Pero también es cierto que los industriales, al igual que los gremialistas, no están unidos ni mucho menos. Hace rato que algunos adoptaron la política del sálvese quien pueda. Y entonces se acercaron a la Casa Rosada y según dicen, aplauden a rabiar a la Presidenta cuando hablan y así lograron subirse al avión de Moreno. Aunque en realidad, dicen que no logran exportar casi nada, por lo menos sus trámites salen más rápidos y por ahí, también reciben una ayudita extra. Es la política de que no haya política.
Hubo tiempos en que los políticos querían parecerse a los jueces, porque éstos eran el arquetipo a seguir. Pero hoy el tono y color farandulesco invadió todos los ambientes. Una vidriera irrespetuosa. Sólo falta que algún Discepolín le ponga letra y música.
Fuente: Nueva Rioja
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