Los trabajos de pavimentación en varias provincias, por ejemplo, están demorados a la espera de la recuperación económica.
La desaceleración de los ingresos por coparticipación y de las recaudaciones locales promedio no deja de impactar en el interior, donde más provincias admiten que debieron dilatar el ritmo de la obra pública, de la mano de la postergación de licitaciones o de prórrogas en los plazos de inicio o conclusión de las construcciones.
En Salta, por caso, el ministro de Hacienda del justicialista Juan Manuel Urtubey, Carlos Parodi, afirmó que «cautelosos», tomaron «algunas decisiones vinculadas con la obra pública, que siempre resulta la variable de ajuste». «Eso nos permite pagar los sueldos en tiempo y forma, y el aguinaldo el 15 y 16 de junio», afirmó.
La estrategia tomó la forma de la postergación de algunas licitaciones y de la prórroga del inicio de varios proyectos que están incluidos en el presupuesto.
«No sólo postergamos el inicio de algunas obras o bajaremos la curva de inversión en otras; además se dilató la adquisición de bienes de uso», explicó Parodi.
En el distrito norteño los ingresos crecieron en abril y mayo pasados sólo el 17%, contra el 30% de la performance 2011. «Ni siquiera cubre la pauta inflacionaria del país», precisó Parodi.
En sintonía, en Formosa, el titular de la cartera de Obras Públicas del Gobierno de Gildo Insfrán, Jorge Jofré, remarcó que la administración provincial buscará «un achatamiento de las inversiones, pero no una detención en las mismas», a partir de una extensión en los plazos de ejecución de obras para -destacó- darle previsibilidad a los empresarios en materia de disponibilidad de recursos de trabajo.
Tanto en Salta como en Formosa remarcaron que verán cómo se comportarán las variables en juego durante el segundo semestre, para definir el ritmo que tendrá la obra pública en sus distritos durante el resto del año.
«Esperamos que haya una mejora para agosto», evaluó Jofré.
Este escenario es uno de los rebotes de la inesperada desaceleración que sufren los gobernadores en materia de envíos de coparticipación y de ingresos locales, a partir de un enfriamiento de la actividad económica y de rebotes de medidas tomadas desde la Casa Rosada, como las trabas a las importaciones y la reinstauración de un fondo educativo federal que ralea las remesas.
Precisamente, parte de los esfuerzos de los mandatarios que salen por estos días a la caza de recursos extras -vía colocación de bonos o Letras, toma de préstamos y suba de impuestos- está dirigida a apuntalar la marcha de la obra pública, que es además uno de los motores de generación de empleo en las provincias.
En las últimas semanas, otros Ejecutivos reconocieron que la merma en los ingresos alcanzó a la obra pública en sus distritos.
Por caso, el Gobierno del tucumano José Alperovich postergó dos emblemáticas obras en el sector de la Salud (el hospital Eva Perón y el centro de día Néstor Kirchner), mientras que en La Rioja, el también justicialista Luis Beder Herrera admitió que «bajó el ritmo de la obra pública en la provincia porque no puedo mantener el del año pasado».
No obstante, no se trata de un escenario generalizado.
«La obra pública en San Luis sigue su marcha normalmente y no hemos detenido ningún proyecto, porque sabemos que éstos son generadores de empleo», afirmó el ministro de Hacienda y Obras Públicas del justicialista crítico Claudio Poggi, José María Emer.
Según Emer, «lo peor que se puede hacer en un período de crisis es fomentar la contracción de la economía, y por eso es importante continuar con las inversiones en infraestructura».
Días atrás, se habían expresado de manera similar desde Misiones y San Juan. «No se pararon la obra pública ni los planes productivos», dijo Maurice Closs. «Ninguna de las obras está paralizada y los fondos están disponibles para todas las obras públicas», coincidió José Luis Gioja.
Fuente: Ámbito Financiero
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