Son empleados que además de tarifar, ayudan a estacionar, cuidan objetos o hacen de instructores.
No sólo de pasar la tarjeta viven los hombres y mujeres del sistema de Estacionamiento Controlado. En sus largas horas de trabajo suele haber tiempo para tareas que exceden sus atribuciones, pero que realizan de buena voluntad.
Los empleados del ECO se convierten así en los polifuncionales de cada cuadra, en personas que además de tarifar, pasan a custodiar la llave del auto que alguien dejó olvidada en la cerradura del capot, ayudan a peatones con problemas físicos, colaboran con maniobras para estacionar o pasan a ser improvisados instructores de manejo.
Una clásica es que la gente les pida ayuda para estacionar, con las clásicas señas. Y varias veces, ante intentos infructuosos, los empleados tuvieron que pararse junto a los vehículos y explicar, paso a paso, clases de estacionamiento. En tanto, entre el personal se teje historias de algunos que se compadecieron ante desgarradores pedidos de personas (en general mujeres), que se cansaron de intentar embocar el auto en el box, marcha atrás. Entonces ellos mismos estacionaron los vehículos.
El problema es que tienen prohibido esa acción, a riesgo de perder el empleo. A su vez, pese a que no les corresponde, suelen cuidar objetos olvidados, como ropa, estéreos o tarifadores de taxis y remises. ‘A veces viene una persona, te pasa la tarjeta y cuando se va yendo te pide por favor que le mires el estéreo o la campera que dejó en el auto. Y aunque no es nuestra función, creo que la gente nos pide eso porque confía en nosotros‘, dijo uno de los empleados.
Es común además que el público se olvide de retirar la llave de las cerraduras o que deje papeles y objetos en los techos o los baúles. ‘Cuando pasa eso, nos quedamos vigilando que nadie los toque hasta que venga el dueño. Si no aparece, los llevamos a la oficina del ECO y dejamos una nota en el parabrisas‘, contó Lucas, un empleado. Entre los objetos que la gente pierde alrededor del vehículo, han encontrado billeteras, frentes de estéreos, documentos, llaves de casas y hasta plata.
Un caso emblemático sucedió el año pasado, cuando uno de los trabajadores halló en una cuneta una cartera con un sueldo completo y tarjetas de bancos; que fue devuelta a su dueña. El ECO, en tanto, capacitó a sus empleados para colaborar con turistas y por eso en sus bolsos llevan una guía. Y además de orientar a peatones despistados, suelen ayudar a personas que tiene problemas físicos a superar obstáculos o cruzar la calle.
También sucede que algunas conductores saquen a la luz algún tipo de chapa para que los ‘aguanten’ 10 minutos sin cobrarles. Y en ese rubro se anotan los que dicen ser funcionarios o policías y también las mujeres, que recurren al sex appeal y sonrisas picaronas para zafar. Sin embargo, explicaron los empleados, lo que estas personas no saben es que los trabajadores de ECO no pueden exigir el pago del estacionamiento. Si alguien no quiere pagar, el empleado notifica que hay un auto en esa condición.
Fuente: El Diario de Cuyo
URL NOTA: http://www.lariojamunicipal.com.ar/index.php?modulo=notas&accion=ver&id=11201