Viernes 14 de Marzo de 2025
16 de Agosto de 2014 - Julian Dominguez

JDP-Con K de Kirchner

Instalada la puja por la sucesión, los tiempos se aceleran y desde distintos ámbitos analizan potenciales candidaturas, escenarios, encuestas, gestos, pases y hasta quien está sentado donde y cuando habla tal o cual

Instalada la puja por la sucesión, los tiempos se aceleran y desde distintos ámbitos analizan potenciales candidaturas, escenarios, encuestas, gestos, pases y hasta quien está sentado donde y cuando habla tal o cual. Las opiniones y puntos de vista son variadas y sería interminable enumerarlas. En lo que coinciden todos los analistas, le pese a quien le pese, es que la sartén por el mango sigue en manos de la Presidenta de la Nación y que las potenciales salidas políticas que el Gobierno tomará de acá a mediados de 2015 son absolutamente decisivas y condicionantes para el grupo político que se haga cargo del próximo periodo democrático en el país a partir del 10 de diciembre del 2015.
El desafío es mirar más allá de esa fecha y analizar la estrategia del kirchnerismo entendiendo como ha sido concebida por sus líderes esta línea moderna que ha penetrado de manera contundente dentro del Peronismo. El kirchnerismo es hoy un Proyecto Colectivo con peso propio y con una construcción política a largo plazo. La apuesta estratégica, de Néstor Kirchner a mediados de 2005, y que luego Cristina Fernández continuó, fue impulsar puntos claves que fortalecieran la construcción de un proyecto transversal, con una carga simbólica fuerte, desafíos interesantes en lo cultural (desde el punto de vista antropológico), gran actividad sobre los Derechos Humanos, mucho componente joven, amplia participación a organizaciones y agrupaciones con anclaje en el Peronismo pero alejadas del PJ ortodoxo, partidos de izquierda, organizaciones sociales, cierto espectro del sindicalismo y organismos de DDHH. Eso consolidó el famoso "núcleo duro K" que tiene entre 23 y 27 puntos de intención de voto, vaya quien vaya de candidato (si no miren a Insaurralde), ya que el candidato es el proyecto. Claro que ese “núcleo duro K” solo no podría ganar una elección (en segunda vuelta sería derrotado), pero si condicionaría de manera contundente a cualquier grupo o actor político que quiera conquistar el poder. Por supuesto que a opositores, pero también a quienes hoy se autodenominan kirchneristas.
Los "presidenciables" dentro del amplio (muy amplio, pero muy amplio) abanico Peronista, son varios. Daniel Scioli, Sergio Massa, Florencio Randazzo, Sergio Uribarri, Julián Domínguez, Aníbal Fernández y Agustín Rossi. Es casi una utopía pensar que Cobos, Binner, Pino Solanas, Macri, Carrió, Sanz o Néstor Pitrola serán tenidos en cuenta por el electorado con algún grado seriedad. Ni siquiera, la utopía (más que utopía un milagro) de pensar la unidad de todos ellos, les aseguraría un triunfo frente al Peronismo organizado, que a la hora de olfatear poder, no se fija mucho en las formas y se alinea rápidamente detrás del conductor.
La pregunta que está abierta, y que desvela a los "presidenciables" Peronistas, es para quien va a jugar ese "núcleo duro K" que responde únicamente a la conducción de la Presidenta. Si imaginamos a un Scioli o un Randazzo, con apoyo decisivo de la Presidenta y es casi seguro que sería Presidente. Ese porcentaje consolidado, junto al acompañamiento de los sectores gremiales alineados al Gobierno es suficiente poder para regalarle a quien se quiera poner la banda presidencial el 10 de diciembre de 2015. ¿Entonces, porque no jugar un candidato propio? Un candidato surgido de esa construcción nueva que los Kirchner le aportaron al Peronismo de estos tiempos. ¿Por qué confiar en lo que pueda prometer o jurar cualquiera de los demás cuando se podría contar con un candidato de las entrañas propias de esa construcción?
Por caso, si el candidato de ese "núcleo duro K" fuera Axel Kicillof, ¿no se obtendría un 25%? Me dirán que en segunda vuelta se puede perder. Claro, se puede. Entonces sería presidente un opositor o un Peronista no kirchnerista. ¿Qué tan malo podría ser un Cobos, un Macri, un Ricardito, o una Carrió como presidente? ¿Serían tan malos o peligrosos como Scioli, Massa o Randazzo? No digo parta el país. Esa discusión puede ser motivo para otra nota. Me refiero a la puja política interna. Para el kirchneismo sería más nocivo un Peronista no kirchhnerista que cualquier otro opositor. ¿Sería muy descabellado pensar que ese "núcleo duro K" se "guarde" hasta el 2019, con un buen porcentaje de legisladores de la propia tropa? ¿Acaso no podría, una lúcida Cristina Fernández, ser Presidenta a los 66 años de edad, nuevamente?
Pocas respuestas tengo a tantos planteos, pero no sería una locura pensar en que el kirchnerismo resuelva como lo ha hecho otras veces. Redoblando apuestas, quemando naves, tensando sogas, sorprendiendo.
¿Porque Axel Kicillof no sería un buen candidato de este proyecto colectivo?. En definitiva, representa bastante bien a ese colectivo social, económico y político llamado kirchnerismo. Es joven, es un cuadro técnico, tiene el estilo firme de Cristina, buena relación con los gremios oficialistas, respeto por parte de los partidos de izquierda, las organizaciones sociales y de DDHH y los empresarios lo aceptan a regañadientes, pero lo aceptan. Puede perder una elección, pero consolidar la resistencia del Kirchnerísmo como principal opositor a una posible avanzada neoliberal. Una cosa más... su apellido empieza con la misma letra que el principal apellido de esta década: con K de Kirchner.
 
Fuente: La Verdad (Buenos Aires)

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