También fue significativa la merma, en un 30 por ciento aproximadamente, de la cantidad de visitantes a la zona en comparación a años anteriores. Incluso no llegó a cubrirse la capacidad hotelera y tampoco se recurrió a casas particulares que ofrecen alojamiento. 

La mayoría de los turistas provenían de Buenos Aires, Córdoba y Rosario, en tanto esta vez se vio mayor presencia de riojanos, especialmente de Capital, Chepes, Chilecito, Chamical, Villa Unión y hasta de Villa Castelli. 

Se contabilizó el ingreso de 230 autos al departamento con 510 personas, de las cuales llegaron hasta Laguna Brava 137 autos con 450 personas. El 30 por ciento de los turistas pernoctaron en el pueblo mientras que el resto estuvo de paso. 

 

QUEJAS Y PÉRDIDAS 

El cobro del arancel municipal también derivó en críticas hacia la secretaria de Turismo de la comuna, Sandra Lanza, quien personalmente encabezó el operativo junto a un grupo de guías turísticos vinculados al municipio que ofrecían visitar los variados circuitos que ofrece el departamento a cambio de pagar el arancel. 

Otro sector que expresó su desacuerdo fue el hotelero porque “muchos turistas decidieron volverse desde el mismo ingreso previo llamado al hotel o casa de familia cancelando las reservas y dejando grandes perjuicios económicos”, señaló uno de los afectados. 

Respecto al cobro de ingreso, los turistas aseguraron que no estaban disconformes con el monto “sino con la actitud de cobrar para ingresar al pueblo sin que nos hayamos instalado aún ni decidido qué circuito turístico íbamos a hacer”. 

El arancel no es nuevo se cobra hace tiempo en respuesta a una ley provincial y a una ordenanza municipal por “el uso de los recursos turísticos, naturales arqueológicos” y se percibía a la salida de Vinchina, en cambio ahora se cambió la modalidad haciéndolo al ingreso. 

Algunos turistas marcaron la diferencia con otros pueblos donde “no se cobra esta tasa, en cambio nos ofrecían un chocolate”. 

También los artesanos se mostraron preocupados, en especial por la falta de iniciativa municipal para recibir los turistas ya que no se organizó una feria artesanal como en otras ocasiones y tuvieron que ubicarse en diferentes espacios los que les restó posibilidad de venta. 

La cooperativa Laguna Brava también se quejó pues el municipio no incentiva ni promueve la actividad cooperativa ya que debe contribuir en las mismas condiciones que el sector privado planteándose una competencia desfavorable.  

 

Fuente: El Independiente