Mendoza-Buitres y Cristina: la épica, las encuestas y nosotros
En cierto posgrado de Comunicación Política, una genial profesora dijo que a veces y de acuerdo a las circunstancias, los argentinos leíamos la política como si fuese una novela. Si se me permite, podría yo, modestamente, agregar que también, a veces, nos gusta leerla como aquellas andanzas del Mío Cid que conocimos en la secundaria: la mística romántica del héroe
Las luchas independentistas: el fragor de la batalla, el ruido de cañones el grito del soldado, o, como ejemplo más reciente, viviendo como un colectivo de Mascheranos las vicisitudes de ese seleccionado de fútbol que nos “enseñó valores” a los argentinos: a puro huevo.
Sea como fuere el ejemplo que cada uno tome, al parecer el romanticismo novelesco y la épica casi sobrehumana (no me voy para el lado del Übermensch nietzscheano) ha sido desde la llegada del kirchnerismo, la herramienta discursiva por excelencia, construyendo un relato homérico de la gesta política. Incluso, cuando las cosas, a decir de economistas muy reconocidos, no han sido gestionadas de la mejor manera. Me refiero al gerenciamiento político del tema (de la pelea) con los fondos buitres, si bien cuestionado por profesionales de alto expertise, hay pistas concretas que habría sido recibido muy bien por la ciudadanía.
A partir de un despacho de Télam, que titulaba “La imagen positiva de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner supera el 54%“ , varios medios reflejaron ese estado de opinión, basándose incluso, en diferentes mediciones (Consultoras CEOP y Management & Fit):
Con reflejos, el aparato publicitario oficial funcionó y rápidamente pudo saberse la buena nueva en radios desde Catamarca hasta Tierra del Fuego y en portales noticiosos de toda la geografía argentina. ¿Si las encuestas publicadas generan opinión? Una discusión legendaria en la comunicación política. Ya charlaremos ese tema.
La cuestión es que a los ojos de varios, se pretendió “malvinizar” el tema mientras otros, preparaban lo que algunos al principio veían como una exageración: la asimilación de “Braden o Perón” con “Patria o Buitres”.
En donde Patria, es el gobierno de CFK, “el único que está defendiendo al país”. Así lo podemos leer en las redes sociales, donde el oficialismo tiene fuerte concurrencia.
Con estos números en la mano, se puede especular con que el gobierno siga manteniendo la posición combativa frente al juez Griesa, el mediador Pollack e incluso en sistema judicial de los EEUU (como si el nuestro fuese un modelo digno de ser aplaudido por Ulpiano)
Quizá los recientes dichos de Julián Domínguez dibujen claramente el espíritu que se quiere dar a esta epopeya: “La gesta de San Martín de hace 200 años es la lucha de hoy contra los fondos buitre”, recitó el legislador.
Uno de los dramas, por decirlo así, es que esos mismos números que recibió con sonrisa la presidenta, los recibieron Scioli, Macri y Massa, quienes a excepción de este último () , estaban casi vedados en opinar lo que pensaban, a riesgo de ser manchados como antipatria.
Diariosobrediarios informa, para satisfacción de la jefa de Estado que por días y días, la agenda mediática ha estado “seteada” por el tema gobierno versus fondos buitres. Por supuesto, que es mucho más conveniente para el oficialismo k que la agenda la cope la negociación con los malévolos fondos que los incesantes escándalos de corrupción de Amado Boudou o las noticias sobre suspensiones y despidos de una economía que cae a pedazos.
Entonces, avanti! con la dialéctica beligerante y maledicente contra los buitres y sus cipayos internos. Es que, seamos sinceros, es muy difícil cuestionar la operatividad y eficacia de los negociadores propios sin ser manchados, cuando la mayoría (al parecer) apoya esta cruzada “a puro huevo” contra los holdouts.
Pero hasta aquellas otras Cruzadas, que duraron casi dos siglos, terminaron en 1291; el viaje de Ulises a Itaca (la Odisea) finalizó cuando el rey se reencontró con su Penélope y así, todas las gestas, más grandes o pequeñas, trascendentes o triviales, llegan a su fin.
Y cuando el vapor y el ruido de esta legendaria lid que lleva el oficialismo se vaya desvaneciendo, reaparecerán los problemas y dramas de todos los días, quizá (ojalá me equivoque) más pronunciados por el tiempo. La decepción, la bronca, el disgusto, la inflación, la violencia y la inseguridad, los inadmisibles escándalos del vice y los ribetes de una negociación que tuvo más de insolvencia que de epopeya, golpearán a propios y extraños como una sonora cachetada.
Quizá en este sintonía, el jefe de gabinete negó que se tratase de una epopeya política,pero es querer borrar con el codo…
Es que ella mismo lo dijo: “para ser San Martín no hace falta estar en un diario: hay que tener el caballo, el sable, el coraje y la honestidad”. Y cuando la efervescencia de la gesta contra los buitres amaine, quizá a algunos les parezca notar la ausencia de aquellos elementos y valores citados por la presidenta en sus días de cruzada.