Sumado a la campaña de bocinazos, que suma adeptos diariamente en la capital, los contribuyentes comenzaron a buscar alternativas en el transporte para evitar acercarse a una estación de servicio donde deberá cargar combustible con un porcentaje extra que irá destinado al municipio, para la reparación de las calles.
Esta persona que decidió utilizar su burrito y un carro para transitar, espera que el Concejo Deliberante no analice una “tasa al pasto”, que encarezca la tracción a sangre.