En el ocaso del año, queda mucho para analizar y colocar en la balanza de una provincia que vivió momentos de alta tensión política, que fueron determinantes a la hora de pensar en el futuro inmediato que significa la disputa por el poder en el 2015.
Claro que antes, hay que pasar el 2014 que está a punto de comenzar y que para nada será un año tranquilo, como suelen ser aquellos que no tienen compromisos electorales. Si Beder Herrera mantiene sus dichos, respecto a no intentar un nuevo período de gobierno, cualquier aspirante a sucederlo debe sentar de manera inmediata las bases para posicionarse ante la sociedad, sin esperar la llegada del 2015, porque ya será demasiado tarde.
El oficialismo cierra las acciones con una clara idea de oxigenar el Gobierno con caras nuevas, y con un cambio en el perfil de gabinete, entendiendo a las claras, que se aproxima un año complicado en lo económico y que tendrá sus coletazos políticos, de manera ineludible.
Beder Herrera, cuenta con cierto “hándicap”, que se lo otorga la experiencia de gobernar y conocer a la perfección a una dirigencia política que él mismo vio nacer. También supo mantener el timón económico de los sueldos estatales, que a pesar de no estar al nivel de otras provincias, se pagan puntualmente, a diferencia de otras administraciones anteriores.
Ni siquiera sus últimas polémicas declaraciones, respecto a los empleados públicos, lograron que la gente se vuelque a las calles, como pretendían algunos gremialistas. Las marchas terminaron fracasando por la falta de convocatoria, la carencia de consignas claras y su alto grado de virulencia.
La llegada de las fiestas de Fin de Año y la licencia anticipada para los agentes estatales, terminó de poner en el “freezer” cualquier reclamo, trasladándose todo planteo similar, para el año próximo. Si a esto se le suma que la oposición política no estuvo a la altura de las circunstancias para aprovechar este descontento, y que el propio Ricardo Quintela salió a poner paños fríos, el panorama no podía finalizar de mejor manera para la mirada del bederismo.
Sólo empañó esta “primavera” oficial de fin de año, la mortandad de pollos de una empresa estatal en Anillaco y la caída del funicular en Chilecito, siendo dos llamados de atención, para la gestión y la ejecución de determinadas políticas. Sucede que no sólo es importante la implementación de ciertas obras o acciones, sino hacerse cargo de las responsabilidades ulteriores. Generalmente, a la hora de los logros aparecen todos “para la foto”, pero cuando hay que hacerse cargo de los problemas, nadie se hace cargo de sus compromisos y en muchos casos, está en juego no sólo el recurso económico aportado por el Estado, sino también vidas humanas.
Con este panorama, Beder Herrera decidió reacomodar sus filas, con incorporaciones importantes dentro del gabinete y que obedecen a un evidente cambio en la forma de gobernar. Los intendentes Marcelo del Moral y Claudio Saúl, dejaron sus municipios para sumarse al esquema bederista de gobierno. De esta forma, se compensó a las dos facciones en que están divididos los jefes comunales que responden al oficialismo.
Si bien Del Moral, ya tiene más rodaje que Saúl por haber asumido antes en la cartera de Desarrollo Social, el chepeño ya mostró un perfil mucho más ejecutivo, y con vuelo político, lo que abre importantes expectativas sobre su desempeño al frente de la cartera de Gobierno.
El nuevo ministro, se colocó en el centro de la escena y desde allí, pivoteó para abrir el diálogo con diferentes sectores, tanto gremiales como políticos, en una impronta diferente, y que no existía hasta hace poco, con los actores anteriores del gabinete.
Mientras tanto, el Gobernador adoptó una posición diferente, pues se mantuvo al margen y dejó actuar a su nueva “espada política”, para dedicarse a la gestión de recursos, y de acciones que puedan beneficiar a la provincia desde la Nación.
De este modo, se logró el compromiso de una ayuda extraordinaria, para cumplir con las suntuosas obligaciones salariales de esta época del año, además de la refinanciación de la deuda que la provincia mantiene con la Nación. Si bien La Rioja no está tan comprometida en este sentido, la firma del convenio permitirá cierta holgura a las cuentas estatales.
Sucede que, si bien para el 2014 se logró un aumento en los aportes extracoparticipables, los incrementos salariales seguramente se llevarán gran parte de lo conseguido. El Gobierno ya asumió un alto compromiso con la Policía, a lo que se sumarán los aumentos prometidos para los demás sectores que se estarían anunciando para febrero, y que podría rondar el 15 por ciento, según los primeros análisis de las áreas económicas.
TANTO FUE EL CÁNTARO A LA FUENTE…
Para cerrar el año, Beder Herrera da una última vuelta de rosca a su equipo de colaboradores, al hacer jurar mañana a dos nuevos funcionarios. Se trata de Fernando Rejal y Délfor “Pocho” Brizuela. El ex intendente chileciteño, desde hace bastante tiempo, suena para ocupar el sillón vacío del Ministerio de Producción, pero ahora llega para hacerse cargo de un área de esa cartera vacante.
Rejal debió pagar con creces aquella decisión de ser compañero de fórmula de Ricardo Quintela para enfrentar al propio Beder Herrera, especialmente de los sectores ultrabederistas que nunca olvidaron esa “traición”. Será por eso que muchas de las veces que se rumoreó sobre su incorporación al Gabinete, terminaba por frustrarse.
El grado aperturista de esta nueva etapa de gobierno, parece haber dado sus frutos para Rejal, que ya venía trabajando con algunos sectores del Parque Industrial, pero ahora lo hará de manera oficial. Si bien Industria es hoy una Secretaría de Estado, se analiza puertas adentro del Gobierno, elevarla al rango de Ministerio, por lo que continuaría vacante la cartera de Producción propiamente dicha, y que podría ser ocupada el año próximo por un legislador nacional, según los rumores de pasillo.
El ex diputado Pocho Brizuela, llega para hacerse cargo de la Secretaría de Derechos Humanos, en reemplazo de un intrascendente Domingo Bordón y significa un premio a su perfil de militante social, como también por la labor realizada en las últimas elecciones, donde no le alcanzó para retener su banca.
Beder estaría así completando su equipo con vistas al nuevo año, pues sólo queda por definir el futuro de la estratégica Secretaría General Legal y Técnica de la Gobernación, que hasta hace poco, ocupó Alberto Paredes Urquiza. El electo diputado por Capital, sorpresivamente asumió la banca obtenida y dejó el interrogante respecto a su posible retorno o no en los próximos meses. Son muchas las versiones en torno a la relación de Beder con Paredes Urquiza, que van del amor al odio, sin escalas.
El tiempo dirá si su futuro es volver al Ejecutivo, o permanecer en el cargo que la gente lo eligió, que es en la Cámara de Diputados.
Justamente, la Legislatura será otro escenario donde se discutirán espacios de poder, ni bien comience el año, tal como ocurrirá con la “liga de intendentes”, que deberá definir adhesiones y lealtades, a sabiendas que el 80 por ciento de los jefes comunales, no tiene chances de seguir en el cargo en el 2015, por mandato constitucional.
Por todo ello, se ratifica que el 2014, a punto de comenzar, será un año más importante de lo que muchos creen. Será el punto de inicio para las discusiones de fondo que se deberán definir, muy posiblemente, en los primeros meses del 2015.
El poder de la provincia, se pone en juego y no es para nada poco. Beder Herrera, por su condición archiconocida, no entregará así como así, todo lo construido en los años que lleva como gobernador. Será por eso, que muchos no dan por cerrada la posibilidad de buscar una salida constitucional a la re-re elección, pero que dependerá de cómo lleve las riendas del Gobierno justamente este año que comienza.
En caso contrario, el 2014 deberá gestarse un “heredero” o varios, que concuerden con el proyecto de gobierno bederista y que asegure al actual mandatario, la continuidad de una provincia con perfil productivo y en busca de la autosustentabilidad.
Por el lado de la oposición, también deberá adoptar definiciones, especialmente para fortalecer las alianzas que jugaron en las elecciones de agosto y octubre del año próximo pasado. El intendente de Capital, Ricardo Quintela, es número puesto, porque no puede ser reelecto (en teoría) y porque considera que es su momento de dar el salto a la Casa de Gobierno.
La limitante del “Gitano”, es la falta de estructura en el interior y de dirigencia que le responda, por lo que debe, obligatoriamente, pensar en aliarse con algún intendente o volcarse por ratificar su alineamiento con el radical Julio Martínez, algo que los peronistas de verdad, no perdonarían.
El resto de los candidatos que aparecen por fuera de estos dos esquemas, aparentan ser meras bombas de ensayo, para ver cómo repercuten en la sociedad y en cierta dirigencia, pero que carece de una verdadera aceptación que le otorgue posibilidades de pelear en las “ligas mayores”.
Lo importante es que, tanto las disputas por los posicionamientos políticos, como la lucha por lograr mejores salarios, sean en un marco de respeto por las instituciones de la democracia, y con la consigna de no rifar la paz social que tanto costó conseguir.
Los políticos y los gremialistas, deben aprender a convivir en la disidencia y en la pluralidad, porque será lo único que seguirá alimentando y fortaleciendo la democracia que acaba de cumplir nada más y nada menos que 30 años consecutivos en el país. Esta columna se despide hasta el primer domingo de marzo, no sin antes desearles a nuestros lectores, un venturoso 2014 para todos.