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14 de Noviembre de 2013 - Política

La Rioja-De tiempos y candidatos

Un corte en la semana- Por Julio Aiub Morales

Ya se sabe. El peronismo es así. Desde la época del general, en que cada militante lleva el bastón de mariscal en su mochila, todos quieren ser. Otra cosa es poder ser. Y estamos hablando del sillón más importante de la provincia. El que Beder Herrera asegura que dejará a fines de 2015. Lo repitió tantas veces en los últimos días que eso terminó de avivar el pequeño fuego que se había encendido antes de que se fuese de vacaciones, cuando la Corte Suprema se expidió sobre las intenciones reelectoralistas de su par de Santiago del Estero.
Son varios los que se anotan desde el bederismo, para heredar el lugar que dejaría Beder, con distinta intensidad, matices y posibilidades. Veamos: por orden natural, el primero es el vicegobernador Sergio Casas, que se ve como la síntesis del bederismo: orgánico pero ejecutivo. Otro es el intendente Gustavo Minuzzi, quien inclusive ya estaría lanzado a poner una radio en capital, de la mano de un manager que ya hizo otro medio para otro funcionario. Piensa que detrás suyo puede nuclear a varios intendentes. También se anota el intendente de Chilecito, Lázaro Fonzalida, que aunque no logró vencer en su departamento, pudo reducir la diferencia que Julio Martínez había sacado en las Paso.
El Nene juega además con otro fantasma instalado hace tiempo en el bederismo de la Perla del Oeste: que a Beder le gustaría ser intendente de Chilecito, para demostrar a todo el mundo, que él puede dar vuelta la taba en el departamento más díscolo políticamente, que inclusive le fue duro hasta para Carlos Menem en sus mejores épocas.
A la lista, habría que agregarle el intendente de Rosario Vera Peñaloza. En ciertos sectores del bederismo lo ven a Quito Saúl como el más potable para un electorado que parece ser cada vez más esquivo. A Saúl no le desagrada la idea, por el contrario. Pero habrá que ver el tema de las mega-rifas de la campaña, que saltaron a la notoriedad nacional. Aunque de aquí a dos años, ¿quién se acuerda?
Según se comenta dentro del bederismo, también habría que poner entre los aspirantes al ministro Bosetti, quien lo habría deslizado delante de algunos dirigentes, sobre todo después de ver que el secretario de la Gobernación, Alberto Paredes Urquiza, se anota para la intendencia capitalina, cargo al que aspiraba el ministro.
Ni lerdo ni perezoso, el sector del electo diputado provincial, salió a la palestra a reclamar la candidatura para el palacio Ramírez de Velasco. Aunque pudiera parecer apresurado, decidieron hacerlo así, para que Beder no creyera que iban a ir por la gobernación, tal como se llegó a rumorear en ese momento, lo cual hubiese desatado una inmediata guerra interna. De paso, le pegaron al quintelismo, para que se viese que ése es el enemigo y no otro y además, porque, por lo bajo se quejaron de que el quintelismo le dio mucho más apoyo a Brizuela y Doria que a ellos, a pesar de lo que se había trabajosamente acordado a través Ariel Puy Soria. Para que no queden dudas donde y para qué trabajarán, Paredes Urquiza anunció en el acto de San Lorenzo, que le entregará a Beder todo un estudio que tiene hecho de las necesidades de cada barrio.
Claro que hay que ver cómo le va en la Cámara de Diputados, donde se habría afirmado Guzmán Soria, sobre quien se dice que iría como vicepresidente primero y que Chamía habría arreglado para ser presidente del bloque justicialista. Claro que todo está en negociación.
Pero el quintelismo no piensa entregar así no más su principal bastión. Si el propio Ricardo Quintela, apenas vuelto de su receso por salud, lanza su candidatura para el 2015, es porque advirtió la brecha que se abrió para la sucesión gubernamental. Porque una cosa es con Beder candidato y otra es con un muletto, por más importante o heredero directo que sea. Esto es una realidad y es en ese cuadro, donde cobra más importancia el aparato con que se pueda contar.
Esto lo sabe el quintelismo, por eso busca otras formas de “saltar el cerco” del aparataje, que además insume cifras escalofriantes para una elección, aunque también tiene su aparato basado en la estructura municipal. Saben además que el núcleo del problema para instalar a Quintela como sucesor está en el interior, donde la estructura oficial llega hasta abajo de la cama de los ciudadanos. Si bien tiene feelling y puentes tendidos con Sergio Massa, el Gitano no es partidario de que por ahora el líder del peronismo renovador aparezca por La Rioja. Es que sabe que primero tiene que ganarse a todo el peronismo que está fuera de su sector: desde los históricos hasta los kirchneristas, incluyendo a los bederistas desencantados. Aunque su mayor tarea estará con la esquiva clase media.
En una contradicción aparente, el bederismo apuesta a esa postura quintelista, porque implica la ruptura del frente opositor Martínez-Bordagaray-Quintela de las PASO. Deducen que el radical no renunciará a sus aspiraciones de conducir la provincia en el 2015 y eso le implicará competir contra y no con Quintela.
Pero el radicalismo cree otra cosa: que al quintelismo sólo no le alcanza para derrotar al bederismo. En la oposición se cree que Beder prepara alguna jugada de importancia con la nueva coordinación que ha creado. Suponen que funcionará como un ministerio coordinador o algo así e imaginan allí a la esposa del mandatario, porque sería como si estuviese Beder mismo, con un pie en las reparticiones más importantes. ¿Será así? Es difícil. Pero sin dudas que los tiempos políticos se han acelerado mucho más de lo que se preveía y el 2014, será más movido que lo que se pensaba.
 
Fuente: Nueva Rioja

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