"Haciendo una continuidad de lo expresado en este medio y espacio, de fecha 10 del actual, es grato ver que tanto la ciudadanía riojana liderada por organismo públicos y sus funcionarios al parecer estamos afrontando una situación fáctica de la cual nadie es ajeno o no tiene justificación evasiva en materia de concienciación y prevención sobre efectos y consecuencias desagradables que potencia la conducta vial (tanto de transeúntes o peatones, como conductores de toda clase de rodados) que diariamente hacemos un uso y/o abuso de las arterias urbanas tanto en lo que hace a calles para rodamientos como veredas que de ambos lados delimitan y establecen para qué y cómo debemos conducirnos.
Un sincero reconocimiento y congratulaciones a los funcionarios de las áreas específicas que por su naturaleza y competencia deben tomar las medidas más que suficiente para mitigar efectos y consecuencias, atacando los ingredientes negativos que alimentan los causales (originarios) dañosas de la integridad humana.
Es loable destacar y felicitar a los camaradas José Bonader y Fernando Torres, jefe UOPE de Control y Seguridad vial, los que con el respaldo superior llevan a cabo esta cruzada en pos de una pretendida y permanente seguridad vial.
Ahora es menester que con ello se comience con una actuación acorde e interdisciplinaria de las demás áreas públicas competentes pero que no sea únicamente realizando reuniones congresales sino que estemos en el ruedo” es decir “en la calle” las 24 horas de cada día, los 7 días de la semana, y no tan sóo en el radio del micro o macro-centro y/o algunas avenidas, porque la ciudad capital cada vez cuenta con más barrios urbanizado que requieren de la asistencia y prevención vial, diariamente dirigida tanto al ciudadano en lo particular como también a quienes prestan servicios viales de toda índole.
Incansablemente debemos velar que cada ciudad, localidad etc., en todo el territorio provincial sea considerada segura estableciendo a este fin los medios logísticos e intelectuales más que educacional para consolidar una responsabilidad y respeto a si mismo y semejantes. Es fundamental que tanto líderes como operadores estén óptimos en su formación personal y funcional para brindar una adecuada y educada atención a la ciudadanía toda, de manera que no se produzcan situaciones controvertidas como el caso de privar de un bien al infractor en forma abusiva o caprichosa, cuando preexisten herramientas administrativas y jurídicas que tipifican y penalizan (llegado el caso) conductas que merecen ser analizadas, juzgadas y/o resueltas por órganos jurisdiccionales de su especie; no in-situ donde se registra el suceso; preservando los derechos y garantías constitucionales, entre ellos como los derechos de defensa, a ser oído, a no ser privado de su libertad ambulatoria ni de sus bienes materiales salvo que con ello cometa hecho grave, que los operadores públicos deben abstenerse de hacer uso y/o abuso de acciones de fuerzas físicas innecesarias e ilegales.
Para cerrar, estimo que todo habitante consciente y responsable puede constituirse como un agente multiplicador y transmisor de las normativas sociales en general y sobre este ámbito en particular, aportando un ingrediente más a la siempre buscada pacificación social”.