Los vecinos del barrio Copegraf, ubicado en la zona oeste de la ciudad, deben librar una lucha diaria y desigual contra los individuos de los barrios aledaños y de barrios más alejados que utilizan el río seco del Yacampis para arrojar todo tipo de basuras, chapas, hierros, escombros y hasta animales muertos.
El gran basural actual ha sido limpiado incontables veces por maquinarias pagadas por los vecinos, y a veces por el municipio, pero los desaprensivos habitantes de los barrios aledaños llevan sus bolsas con basura en moto, en camionetas, autos y hasta en bicicletas y las arrojan furtivamente a cualquier hora del día o envían a sus hijos pequeños a realizar la penosa tarea.
Se trata obviamente de personas que no merecen vivir en comunidad porque no respetan las mínimas normas de urbanidad. Y si a ello se suma la ausencia de la mano rectora municipal que desde antes de las fiestas no envían el servicio de recolección de residuos, y que el alumbrado público no funciona a pesar de que los vecinos proveen las lámparas cuando se queman, podrá tenerse una idea cabal de lo que significa vivir en el sector.
El barrio está poblado por familias trabajadoras que compraron los terrenos a la municipalidad en la intendencia del Dr. Mario Santander. Los terrenos se nivelaron, se taparon zanjones y se colocaron los servicios tales como agua potable, apertura de calles, energía eléctrica, y construyeron sus casitas por esfuerzo propio. Luego y en las sucesivas campañas políticas, los políticos capitalinos se encargaron de regalar todos los terrenos aledaños que antes fueron de las entidades que agrupan a los arquitectos, a los contadores y a los abogados, en lo que se convirtió en un gran conglomerado donde impera la ley del más fuerte. Así por ejemplo, unas personas se dieron el gusto de construir su casa ¡en medio de la calle Pamplona!
En el barrio se encuentra la capilla de la Virgen Desatanudos, construida por los vecinos del barrio Copegraf para todos los feligreses católicos que deseen visitarla, pero ni el templo se salva de la basura. A esta altura muchos vecinos se preguntan si este es el precio que deben pagar por solucionar sus problemas de vivienda por sus propios medios.
Obviamente el incremento de roedores, vinchucas, cucarachas y alacranes, hacen que se viva en un riesgo permanente. Una solución que se podría dar es que si ya no van a pasar más los camiones de recolección de residuos, que se instalen en el lugar dos o tres contenedores para que los desaprensivos tengan donde tirar su basura y no lo hagan en el barrio.
Fuente: El Independiente
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