Ante las problemáticas que se viven en este barrio de Garupá, quieren unir a las familias y romper con los prejuicios. Comenzaron a ensayar y solicitaron ayuda para la compra de instrumentos y otros materiales
Unir a las familias, romper con los estigmas y prejuicios sociales y brindar un espacio de alegría para la juventud y la niñez, esos son los principales objetivos de la comparsa que ya comenzó a ensayar todos los días en el playón central del barrio Santa Clara de esta localidad.
“¿Quién dijo que todo está perdido?”, dijo la coordinadora del grupo, Claudia Fariña, parafraseando al músico argentino y luego se respondió a sí misma: “Eso es lo que me lleva a creer. No todo está perdido. Así como el barrio, como la sociedad entera, está muy pesimista, desanimada y desganada, yo con esto quiero decir, ¿quién dijo que todo está perdido? Siempre dicen que la juventud está perdida pero ¿qué modelo tiene la juventud?”.
En los últimos meses del año pasado, el Santa Clara fue noticia por situaciones de violencia familiar (ver recuadro). Allí viven familias de escasos recursos que intentan sobrevivir todos los días. La mayoría tiene esperanza y apuesta a salir adelante en el vecindario.
“Es un barrio marginal y humilde. El tema es convocar a la gente y los vecinos en alguna actividad aglutinante. Hay actividades que se hacen en la iglesia o en el centro comunitario pero no hay nada convocante, entonces pienso que esto podría unir más”, señaló Fariña.
Para la primera compra de los instrumentos musicales usados, se realizaron dos ventas de pastelitos y empanadas. Pero solo algunos chicos pudieron acceder a los mismos, por eso piden donaciones de parte de la comunidad.
La fecha del carnaval está prevista para el primer fin de semana de febrero en la nueva costanera de Garupá. Ya comenzaron a confeccionar los trajes y también necesitan ayuda para conseguir telas, lentejuelas, plumas y mano de obra. “El carnaval es brillo. Este festejo es sacar todo de adentro, lo lindo, lo malo, lo viejo, lo nuevo, ese es el sentido del carnaval”.
Además, la comunidad hace un llamado a los artistas locales para el asesoramiento y enseñanza en música, baile y otras disciplinas. “Tenemos la esperanza de que esto es el semillero, esto va a crecer, no te preocupes porque vamos a trabajar todo el año y el próximo año esto no va a dar abasto”.
No todo está perdido
Hace más de 20 años que Claudia vive en el Santa Clara, y junto a su marido, tuvieron la idea de rearmar la comparsa. “Queremos que todo pase por la alegría, no en esa idea de presionar. Porque si participas del carnaval lo haces porque tenés ganas, por eso pensamos esta actividad hace mucho tiempo, para defender la alegría y convocar a las familias”.
La última vez que se realizó el carnaval fue hace dos años atrás. Todavía cuesta que la familia y los padres se sumen para colaborar en los ensayos. “No es fácil, sobre todo cuando nos falta todo. Se dispersan mucho y hay presencias esporádicas. Sabemos que a lo último empieza el entusiasmo y la adrenalina... A parte la cuestión del carnaval, es cultural. Yo la tengo muy adentro pero hay gente que no y eso lo respetamos mucho”.
Durante el ensayo que presenció El Territorio, uno de los jóvenes que participa de la comparsa, comentó: “La idea es entre todos estar unidos y lograr algo que nos gusta a todos, haciendo algo bueno. Aparte en el barrio no hay una juventud que se junte para hacer esto. Estamos entre nosotros nomás, porque no hay muchos padres que acompañen”.
Por otra parte, rescataron la colaboración desde la Municipalidad que entregó insumos para la compra de los primeros elementos.
Otros espacios
Como sucede en otros barrios de la periferia de Posadas, en el Santa Clara también se sufre la exclusión. En el salón central, por una cuestión presupuestaria, se desmantelaron las tres comisiones de cada sector del vecindario. También el foro de seguridad quedó en la nada. Sin embargo, hay algunas actividades del Programa Mejoramiento de Barrios.
Desde la comisión vecinal, Claudia busca transformar la realidad de los jóvenes con el acompañamiento de las familias “porque los jóvenes en este momento no tienen un modelo a seguir, yo no me creo modelo de nada, pero buscamos que la familia se prenda”.
¿Se puede transformar la realidad de los chicos?, preguntó El Territorio a esta mujer que conoce el barrio como la palma de su mano: “Esto es algo momentáneo y creo que podemos unir quizás un grupo. Pero es necesario involucrarse y comprometerse más. Para mí pasa por una cuestión cultural, no le subestimo a nadie, respeto lo que piensa el otro. Y si hay algo que quiero lograr con esto es el respeto”.
La realidad del Santa Clara
El barrio Santa Clara I, II y III se encuentra entre la ruta 12 y la ruta costera, o acceso sur, de Garupá. En octubre, fue noticia por la situación de abandono de dos hermanitas de 4 y 7 años en el seno familiar que fueron detectadas con cientos de larvas y piques en sus cuerpos. Ese mes también una pareja fue detenida por malos tratos y agresiones a su pequeña hija de 1 año y 9 meses. Además, ante la preocupación de los vecinos por el consumo y venta de drogas en el barrio, se quiso conformar un foro de seguridad. Luego en ese contexto de riesgo social, por falta de fondos, el Centro de Salud dejó de funcionar durante varias semanas hasta que retomó las actividades.
Fuente: El Territorio
URL NOTA: http://www.lariojamunicipal.com.ar/index.php?modulo=notas&accion=ver&id=21174