Los vecinos del barrio inundado coinciden en que esta devastadora inundación fue producto de la desidia que reina en la construcción de la colectora de Circunvalación.
Hace tres días que los vecinos de Fisherton no dejan de limpiar sus casas y exponer al sol los muebles que lograron salvar del agua. El enojo, la bronca y la impotencia no desaparecen de sus rostros y cuando hablan coinciden en que esta devastadora inundación, que empezó el miércoles pasado a la noche, fue producto de la desidia que reina en la construcción de la colectora de Circunvalación. “La basura acumulada, más el terraplén taparon grandes caños que sirven para evacuar el agua”, subrayaron.
“Nosotros sabemos que la inundación fue producida por la obra que está detrás del (supermercado) Coto. Es la construcción de la colectora de la Circunvalación, culpa de este gobierno que no lo está haciendo bien. Hace tiempo que deberían haber terminado, pero se acumula la basura y no la recogen, y a esto se suma el terraplén que hicieron y que nunca terminan, y así se tapó todo y nosotros nos inundamos” explicó el marido de Lilian Covacevich. Y esta misma hipótesis la sostenían numerosos vecinos que ayer lijaban maderas hinchadas e intentaban quitar la humedad de las paredes.
“¿Sabés por qué estamos tan seguros de que es culpa de la obra de Circunvalación? Porque a las 11.30 de la mañana del jueves llegó una máquina excavadora que limpió el lugar y en menos de una hora el agua, que llegaba a un metro dentro de las casas, bajó inmediatamente”, remarcó el hombre que, con guantes de látex, sacaba a la calle trozos de madera y hasta colchones.
Más allá de las causas, todos los vecinos, ayudados por más de un amigo y parientes se pusieron a trabajar. Ayer por la mañana, sobre Donado y las calles laterales las familias vaciaban literalmente sus casas porque el agua había barrido con todo. Habían pasado dos camiones de la Municipalidad para recoger lo que dejó la inundación. Además, había carros de cartoneros que se llevaban lo que podían.
Entre los daños había de todo. A la mayoría se les había levantado el piso de parquet, habían tenido que desarmar los muebles de la cocina porque no entraban más los cajones, algunos habían perdido la heladera y muchos los muebles de madera, pero los que peor la pasaron fueron los que no tenían un primer piso donde refugiarse.
Una ola que pudo evitarse. En algunas casas también el agua les arrancó la puerta, rompió portones y hasta derrumbó tapiales.
Mientras Sebastián limpiaba la vereda de su casa, contó que el día de la inundación dos colectivos de la línea 142 transitaron por Donado cuando el agua tenía un metro de altura y provocaron un oleaje tan fuerte que arrasó con los tapiales de una casa y de la veterinaria de la esquina de Donado y Chassaing.
El quiosquero Pedro Dragovich mostró cómo esa misma ola le rompió tres cristales de la vidriera de su negocio. Además, el agua le quemó dos heladeras. Sin embargo, el hombre se lamentaba más por la mujer de la mercería de enfrente (Donado y Chazarreta) que había perdido toda la mercadería. “Hoy no abrió la pobre”, deslizó el hombre que desde 1982 tiene el quiosco en esa cuadra.
El día después. Lilian Covacevich es otra de las vecinas damnificadas. En la puerta de su casa había un colchón empapado que todavía nadie se había llevado.
“El miércoles a la noche, con la lluvia tan fuerte nos fuimos al primer piso y subimos lo que pudimos, pero no alcanzamos a salvar la heladera, que se me quemó”, contó la mujer mientras secaba los muebles de la cocina. Pero eso no fue todo. Esa noche trágica que muy pocos pudieron dormir, Lilian alojó a un matrimonio con una beba porque el agua les había tapado la casa y no tenían dónde ir.
El jardín del fondo de su casa era un verdadero tendal. Había desde cajones con DVDs, hasta ropa, zapatos, sillas, todo al sol.
Esta semana los vecinos se reunirán para hacer un serio planteo a la Municipalidad.
Hallaron el cuerpo del joven que cayó al agua
Cerca de las 9 de ayer efectivos de Prefectura y de la policía encontraron el cuerpo sin vida de Santiago Varela, el joven de 19 años que falleció el jueves pasado cuando intentaba sacar del agua a otro chico. El cadáver fue hallado en la desembocadura del arroyo, en avenida Portugal y Víctor Mercante. Varela había caído en un vado de Gorriti y Circunvalación que desagua en una de las tuberías que escurren en el arroyo.
Según manifestaron algunos testigos, en las primeras horas de la tarde del 20 de diciembre había un grupo de adolescentes en Circunvalación y Gorriti donde el agua todavía corría como un río paralelo a la avenida. Los vecinos vieron que los chicos “se tiraban a un vado abierto al costado de la ruta” cuando a uno de los chicos de 17 años comenzó a arrastrarlo la corriente y Santiago se lanzó decidido para agarrarlo. El resto de sus compañeros intentaron ayudar y si bien lograron rescatar al primer muchacho, no volvieron a ver a Santiago.
El viernes los amigos y familiares del joven hicieron una marcha para reclamar que continúe la búsqueda del joven, que se había suspendido porque las fuerzas policiales estaban afectadas por los robos vandálicos que sufrió la ciudad. Ayer la familia se proponía despedirlo con paz.
Fuente: La Capital
URL NOTA: http://www.lariojamunicipal.com.ar/index.php?modulo=notas&accion=ver&id=20748