La recaudación propia de las comunas de primera sólo cubre en promedio un tercio de sus ingresos corrientes. El porcentaje se achica en las localidades más pequeñas, que sólo financian el 10% del dinero que entra a sus arcas.
Pocas veces como en estos días las finanzas públicas de los municipios quedaron tan expuestas. El cambio de gestión en varias ciudades de la provincia desató una catarata de reclamos, denuncias de vaciamientos y conflictos con el personal, justo en vísperas del pago del medio aguinaldo de diciembre, un compromiso sensible por la cercanía de las fiestas de fin de año. Por eso mismo, varios intendentes desfilaron por el Ministerio de Economía para pedir un auxilio financiero. Otros, acaso con menos llegada a la cartera, prefirieron el camino de las denuncias públicas. El raid mediático de los jefes comunales motivó una dura respuesta del gobernador Jorge Sapag: "No pueden pensar siempre que la Provincia o la Nación los va a estar asistiendo", disparó en un acto público y abrió un nuevo debate cuando pidió a las comunas mejorar su recaudación.
Según datos de la Dirección Provincial de Estadísticas y Censos a los que accedió E&E, de cada 10 pesos corrientes que ingresan a las arcas de los municipios de primera categoría, sólo 3,3 son generados por los propias comunas. El resto, provienen de la coparticipación o fondos extra que la Provincia les aporta.
Claro que los promedios engañan. Mientras hay municipios como Villa la Angostura, San Martín, Rincón de los Sauces o Neuquén cuya recaudación atiende buena parte de sus gastos, existen otros como Junín de los Andes y Senillosa que apenas cubren menos del 15%.
La relación se deteriora a medida que los municipios se achican en población. Los de segunda categoría -que tienen menos de cinco mil y más de mil quinientos habitantes- sólo cubren con recaudación propia el 12% de sus recursos totales. Aquí también hay disparidades: mientras que Los Miches o El Chocón aparecen con buena performance, Caviahue-Copahue y Tricao Malal apenas consiguen un 1,5% de sus fondos a través del cobro de tasas o retributivos.
En las comunas de tercera categoría -que tienen menos de 1.500 y más de 500 habitantes- el promedio de recaudación propia asciende al 9%. El Cholar y Tricao Malal están el fondo de la tabla de los municipios autosustentables.
Números y matices
Los números de Estadísticas y Censos corresponden a los recursos ejecutados en los presupuestos de 2010. Si bien algunos municipios actualizaron sus tarifas, en su mayoría se dieron incrementos acordes a la inflación, por lo que los porcentajes no variarion sustantivamente.
Fuentes del Ministerio de Economía de la Provincia aseguraron a E&E que esa cartera buscará trabajar con las comunas para ayudarlas a mejorar su recaudación. También aseguraron que es muy alta la dependencia que tienen muchos municipios de los fondos que regularmente les gira Provincia e incluso de aquellos extraordinarios, entregados en forma de aportes no reintegrables.
A su vez, los municipios diseñan diversas estrategias para aumentar su recaudación. Algunos apuntan a mejorar las tasas de cobros. Otros, directamente aumentarán los impuestos, como en el caso de La Angostura que ya planea un incremento de la tarifaria o de Neuquén Capital que actualizó valores de retributivos.
Otras comunas agregaron a los tradicionales gravámenes comunales –servicios, patentes y licencias comerciales- impuestos a actividades productivas. Rincón de los Sauces, por ejemplo, comenzó a cobrarle a las petroleras, no sin resistencia, una tasa de inspección de seguridad e higiene. Los municipios que tienen al turismo como su principal actividad aplicaron gravámenes al sector, como la denominada tasa Ensatur de San Martín de los Andes, que se destina específicamente a la promoción del turismo.
Manejo de fondos
Cada intendente busca, a su forma, ser más autosustentable. El jefe comunal de Centenario, Javier Bertoldi (PJ), reconoció que su municipio cubre poco porcentaje de sus recursos con ingresos propios pero aseguró que diseñaron otra estrategia: “Nosotros liberamos fondos de la coparticipación. Actualmente utilizamos un 70 ó 75% en gastos corrientes”, explicó. También se quejó porque la Provincia cada vez delega más responsabilidades a los municipios y dijo que en algunos casos no se hace cargo de los compromisos. Incluso, se quejó de las disparidades en el tratamiento a las comunas. “En Neuquén, por ejemplo, la Provincia se hace cargo del agua y las cloacas a través del EPAS. En Centenario nos tenemos que hacer cargo nosotros”, señaló.
A diferencia de Bertoldi, el intendente de Chos Malal, Rolando Figueroa (MPN), recién asumió su cargo el pasado 11 de diciembre. Si bien aseguró no tener aún los números de su municipio, reconoció que es fundamental “realizar una modificación impositiva”. “Las bases imponibles son muy antiguas en distintos impuestos. Aún tributamos autos por peso en lugar de hacerlo por su valor. También falta actualizar los gravámenes en las actividad comercial; el esfuerzo recaudatorio puede mejorar mucho”, detalló el ex diputado provincial y presidente de la comisión de Hacienda y Presupuesto.
Consultado sobre la posibilidad de gravar alguna de las actividades productivas que se realizan en el municipio, Figueroa advirtió sobre las consecuencias. “No es lo mismo poner impuestos a la actividad petrolera que gravar al empresariado local. Prefiero dar exenciones a los pequeños para que tomen más gente y de esa forma generan un ahorro porque el municipio deja de dar subsidios”, sostuvo.
Coparticipación sin debate
Por cada crítica que se les realiza a los intendentes sobre la poca recaudación propia, estos responden con una queja sobre las disparidades del sistema de coparticipación provincial. El problema no pasa tanto por el esquema, uno de los más equitativos y modernos del país, sino por la actualización de los índices que se utilizan para distribuir el dinero, que están hechos con datos poblaciones del Censo `91. La población de Rincón de los Sauces, por caso, más que se duplicó en los últimos 20 años, pero sigue recibiendo el mismo porcentaje de fondos provinciales, sumado a otro fondo fijo de asistencia.
Para corregir estos desajustes, la Ley 2.148, de coparticipación provincial establece un mecanismo de revisión periódica a través de una Comisión Fiscalizadora que jamás se creó. En 2010, Sapag convocó a una reunión con intendentes por este tema, pero, según denunció Bertoldi –en su momento, uno de los que más movilizó el reclamo-, “todo quedó en la nada”. “Se formó una suerte de comisión con la presencia del ministro de Desarrollo Territorial, Leandro Bertoya, la vicegobernadora Ana Pechen y varios diputados. Quedaron en llamarnos, pero nunca pasó nada”, remarcó.
Cambios
Bertoldi aseguró que la solución a las disparidades no pasa tanto por ampliar la masa coparticipable como por variar la distribución.
“A la provincia le saldría más barato juntarnos a todos los intendentes, ver los problemas de cada uno y hacer un nuevo reparto. Hay que poner un tope a la incorporación de empleados públicos, por ejemplo, y en función de eso ver cuánto dinero se le da a cada comuna”, detalló.
Desde el partido gobernante, Figueroa también admitió la necesidad de cambios en el régimen de coparticipación, y dijo que deben darse según el esfuerzo fiscal que realice cada municipio.
“Hay que premiar no tanto en función de la eficiencia comodel esfuerzo realizado para recaudar más. Australia, por ejemplo, premia el coeficiente de esfuerzo recaudatorio”, sostuvo.
Fuente: La Mañana
URL NOTA: http://www.lariojamunicipal.com.ar/index.php?modulo=notas&accion=ver&id=12247